Esta población situada a, tan sólo, 22 kilómetros de Caspe, cuenta con 1.985 vecinos censados, según cifras de población oficiales del INE a 1 de enero de 2019.
La etimología de su nombre tiene origen en una romántica leyenda según la cual una muchacha del pueblo se hizo cortar la mano para salvar la vida de su amado, condenado a muerte. De ahí que se identifique Maella con “mano de ella” y que, ésta, sea uno de los motivos presentes en la heráldica de la localidad.
La visita a esta población nos lleva a familiarizarnos con su historia y a contemplar los vestigios artísticos que de ella se han desprendido a lo largo del tiempo.
De entre todos los monumentos, dos llaman poderosamente la atención: la torre del reloj con su remate octogonal y el castillo palacio que, a pesar de estar en ruinas, permite admirar su monumentalidad.
Hijo Ilustre de esta Villa es Pablo Gargallo, de quien podemos visitar su casa natal convertida en casa-museo donde se pueden contemplar cuatro obras de valor muy significativo de tan insigne escultor.
Completa el paseo por Maella, la visita a la iglesia parroquial de San Esteban, la ermita de Santa Bárbara o la iglesia de Santa María.